domingo, 28 de junio de 2015

SOBRE CHURRAS Y MERINAS... ¡¡DIVISIÓN DE GÉNEROS YAAA!!

A estas alturas, si alguien ha leído "El amor es un libro en blanco", habrá quien se habrá dado cuenta de que hay cierto mensaje en la obra.
Sutil, ejem...
Bueno, no, para qué. Dejémonos de tonterías. Ha llegado la hora de hablar claro (como si alguna vez yo me hubiera cortado en mi vida).

A mí la erótica no me gusta, o al menos cierta erótica. Es decir, no la erótica que quieren vendernos como romántica de toda la vida pero con sexo. Un sexo calculado expresamente cada x páginas, en el que apenas vemos sentimientos hasta el "Te quiero" final.
¿Pero acaso no había sexo en la romántica antes? Las que empezamos a leer (y escribir) antes de Grey sabemos que había novelas románticas bien cargadas de escenas tórridas. Vamos, que no se ha inventado nada nuevo. Pero estos últimos tiempos he tenido que ver, para mi sorpresa, que Grey nos liberó, que antes nos daba vergüenza el sexo, que nos sonrojábamos leyendo ciertas escenas (sí, esas cosas y otras he visto yo misma con mis propios ojos almendrados). 

Yo no sé si Grey habrá liberado a alguien de sus pudores, pero desde luego lo que sí tengo claro es que ha roto una barrera que antes existía y que debería seguir existiendo y que, para mí, está acabando con el género (y perdonad mi tono apocalíptico): la diferenciación de géneros (y valga la redundancia). Antes el erótico era erótico, el romántico era romántico, y las lectoras de cada uno, o las que gustaban de los dos, sabían qué iban a encontrar al comprar un libro. Ahora tú compras y... ¡¡sorpresa!! Y no mola nada.

Yo solo sé que las lectoras digamos de novela romántica tradicional, en general no gustan de la erótica actual (sí, aquí podéis poner los ojos en blanco todo lo que queráis, pero me entendéis perfectamente), y que las que gustan de la erótica actual nos consideran a las que hacemos romántica tradicional sosas y aburridas (por no decir puritanas y reprimidas entre otras lindezas que he tenido que escuchar).

Así que, ¿no sería más sencillo dividir de una puñetera vez los géneros y ser todas felices? Que cada uno lea lo que quiera pero sabiendo lo que compra sería lo ideal, sin que se lleve sorpresas desagradables ni se sienta estafada por editoriales ni autoras (sin que, seguro, sea su intención).

Ahí lo dejo.

3 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo contigo. Ahora se consideran "raras" las que no llevan empotramientos de serie, aunque la historia no los pida. Hay mucha lectora de erótica que critica novelas puramente románticas, y viceversa. Y mucha autora que se ve obligada a escribir escenas sexuales para no desentonar.

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  2. Hola guapa, hacía tiempo que no te visitaba, pero me gusta mucho lo clara que eres ;)
    Totalmente de acuerdo contigo porque yo soy de las que antes, me gusta la romántica, pero no la erótica y desde luego no me gustan las sorpresas, así que muy buena idea lo de separar los géneros ;)
    Besos

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