viernes, 28 de junio de 2019

SOBRE PARONES

Hay cosas que no se pueden negar, porque son palpables, innegables (y todo lo acabable en -ble que os podáis imaginar).
A veces lo escoges y otras veces te escoge a ti, pero el caso es que llega. Se llama parón, descanso, vacaciones forzosas, o... bueno, como queráis. 
No es exactamente una crisis. O sí. Qué sé yo. 
Tampoco es nuevo. Si es una crisis, llevo en ella toda la vida, solo que ahora es peor, o más fea. O que me he cansado ya de intentar encajar en el mundo de fresa.
En pocas palabras. No me gusta nada de todo esto, así que paso.
Paso de las publicidades que nadie lee, paso de tener que hablar de mí misma como si fuera genial y buena, paso de tener que parecer siempre optimista (ironía mode on), paso de hablar de mis obras y de intentar hacerlas cuadrar en patrones.
Vamos, que paso.
Igual no era así como iba a decirlo, pero para qué disimular, que quedaría poco yo.
Nos vemos cuando sea.
Como decía Terminator, volveré... (en realidad, no me voy), pero estaré liberada de mis obligaciones como autora, al menos por una temporada (larga).

miércoles, 2 de enero de 2019

SOBRE LO QUE FUE 2018 Y CÓMO EMPEZARÁ 2019

Reconozco que hacer esta entrada y, para qué negarlo, cualquier cosa, me produce una pereza enorme. La verdad es que soy una vaga, pero como lo hago cada año, no voy a empezar a faltar a las costumbres. Además, nunca está mal echar la vista atrás y ver lo que has hecho, porque muchas veces ni siquiera te acuerdas y siempre hay cosas importantes. El año pasado las hubo y creo que siempre soy la primera en quitarles el mérito que tienen, que no todo el mundo sale en una revista de tirada nacional, ¡coñe!
Para variar, como es costumbre, tengo que mirar en varios sitios porque ni yo misma recuerdo lo que publico y cuándo, ejem...
Sin duda, para mí este año pasado fue el año de Rultinia. Recuperé los derechos de Mi honorable caballero y la reedité con Harper Collins, y también salió en papel, algo que siempre había querido y en su momento no se me dio la oportunidad de ello. Además, también salió la segunda parte, Mi digno príncipe, tras años de parón mental. Durante este año 2019 me gustaría acabar la tercera parte, aunque para eso tendría que superar mi vagancia (que nadie se lo tome como una promesa). Además, en febrero sale Mi digno príncipe en papel. Así que, de algún modo, este también será un año rultiniano.
Por otro lado, volví a autopublicar en verano. Para mi sorpresa, Cada vez que me tocas vendió más que cualquiera de mis libros de editorial. En fin, misterios de la literatura.
Verano fue extraño, que al fin y al cabo no sale una todos los días en la revista Semana, codeándose con famosos y soltando frases grandilocuentes y posando como una diva. Fue una oportunidad de que mucha gente que nunca me había leído se hiciera con El amor llegó como un rayo, aunque no sé si esa "popularidad" momentánea se ha reflejado en las ventas de mis otras obras. Desde luego, comentarios han llegado pocos, pero reconozco que fue estupendo y debería repetirse más veces.
También en verano, a finales, llegó la inspiración para La nube azul, que sale en unas horitas. Hacía mucho mucho tiempo que no escribía una comedia, así que fue agradable que todo saliera tan rápido y fácil (y sin que la sangre salpicara). Otra historia de escritores, sí. Me gusta escribir sobre el mundillo. Es una fuente inagotable de inspiración, la verdad. Es que somos una mina, queridos. Lo peor de lo peor.
Como ya he empezado con lo que va a venir este año, además de repetir que La nube azul sale mañana, sí, 3 de enero, reitero que Mi digno príncipe estará en papel disponible el 1 de febrero.
Y en mayo...
Lo de mayo es muy distinto. Te lo daré todo, se llama. Nueva York, primera mitad del siglo XIX, la parte chunga de la ciudad, la muy chunga. Ya hablaremos de ello cuando llegue.
Y, por ahora, eso es todo.
Debo reconocer que es un poco raro que se agolpe todo al inicio del año y no tenga nada previsto en principio para la segunda mitad. Aunque nunca se sabe. Quizás las neuronas vuelvan a funcionar en algún momento.

martes, 3 de abril de 2018

SOBRE RULTINIA, PETER, BARBARA Y OTRA GENTE ENCANTADORA...

Queda poco menos de un mes para que Mi digno príncipe se publique y aquí estoy, pensando que debería hablar un poco de ella, a ver si vamos rompiendo un poco la maldición rultiniana.
Y diréis: ¡qué exagerada! Maldición, dice...
Sí, sí... exagerada...
Si yo os contara todo lo que rodea a esta historia, tanto la primera como esta segunda parte, podríais echaros a llorar, no sé si de pena o de risa, pero resumiré algunos de los acontecimientos: peleas editoriales, más peleas editoriales, más peleas, parones de años, amenazas, fenómenos extraños cada vez que empiezo a trabajar, corregir, o nombro Rultinia (caída de estanterías, chubascos en días lluviosos, tazas que se rompen, ordenadores que se estropean), etc, etc...

Pero vamos, que en este mes y pico que queda, espero que no pase nada más (no quiero pensar que quedan unos seis meses para la reedición de la primera parte y todo lo que puede suceder, y que la tercera parte está a la mitad).

Así que vamos a contar algo sobre la historia en sí, que es a lo que iba esta entrada, ejem, no iba sobre romper maldiciones rultinianas ni nada, ejem...

Empecemos, pues, hablando de Peter de Rultinia, ese dulce príncipe juerguista (algunos igual se acuerdan de él yendo de putas y tabernas en Mi honorable caballero). Bien, pues lamento decir que Peter ya no es el que era. Es más... ¿triste, serio, aburrido? No, cómo era... formal. Y es que ahora toca ser rey, aunque su pueblo no se lo pondrá nada difícil. Digamos que le quieren algo... muerto.

Barbara, por su parte, no ha tenido una vida nada fácil. Mientras Peter luchaba (y a ratos se divertía), ella ocultaba un secreto de unos cinco años, ojos azules, pelo rubio y sangre rultiniana llamado Nicholas. Su regreso al hogar no va a ser nada sencillo, tal y como están las cosas en Rultinia, a pocos meses de la coronación.

Aunque no es el protagonista, debo nombrar aquí a Hugh Delancey, alias el Cuervo, el jefe de espías de Peter. Si se hicieran porras de quién es el menos popular en Rultinia, él y el príncipe irían empatados... por el culo. Con una fama terrible, con un sentido del humor igual de negro que su ropa, Hugh será uno de los pocos apoyos de Peter en una época muy complicada. ¡Alerta de secundario que casi se come al protagonista! Ains, Hugh... (ojitos, ojitos)

Veremos por ahí a sir Benedikt y a Cassandra también, tan monos ellos.

Y a los malos...

Y pastelillos de limón...

viernes, 29 de diciembre de 2017

SOBRE HACER EL OBLIGATORIO RESUMEN DEL AÑO Y HABLAR SOBRE LO QUE VIENE...


Amor: me subí a trancas y barrancas a la silla de Godofredo de Bouillon, en el castillo de Sedán, porque, cuenta la leyenda, que si eres soltera casadera y pones tus lindas posaderas ahí, antes de fin de año te casas. Pues no, Alain no ha vuelto y ningún otro muchacho me ha ofrecido su carter... corazón. Quedan dos días, Alain Panphile. Te espero. En el fondo, eres mi único amor.

Trabajo: sigo haciendo placas para poder comer y pagarme los pinta labios rojos que tan bien me quedan. Dudo que la literatura pueda retirarme. Ah, y el champagne, por supuesto. 

Vida social: prácticamente inexistente. Sigo esperando que Alain gato me responda un día para poder hablar con alguien. Eso sí, he viajado este año. Es una suerte, porque el año que viene va a estar jodido el asunto.

Arte literario: he publicado dos novelas en digital y dos en papel (que yo recuerde, que estas cosas se me dan muy fatal y ahora paso de mirarlo). Ninguna de las dos va muy allá, y es una pena, porque, sobre todo Escucha a tu corazón, es bastante buena, y no porque yo lo diga. No he ido a eventos ni los he echado de menos. Tampoco es que me hayan invitado a nada. Es lo que tiene no ser nadie en esto ni estar donde hay que estar ni hablar con quien hay que hablar.

Lo que he escrito: no he escrito comedia, ya no me sale. Creo que me he estropeado para ella. Aunque ideas tengo para cosas divertidas, ya veremos cuándo puedo materializarlas. Por ahora solo quiero matar y hacer sufrir mucho a mis adorados personajes. También me estoy haciendo especialista en malos de todo pelaje. Este año he acabado, al fin, Rultinia 2 y también he escrito una novela que dicen que puede colar como romántica. Lo de que puede colar ya dice bastante. Las dos son históricas. Ahora mismo trabajo en Rultinia 3.

Lo que vendrá: por ahora solo está confirmada Rultinia 2, más o menos a mediados de año, sobre mayo o junio. Es la historia del príncipe Peter y si llegará a ser rey o no. Para los que todavía creen que es idiota, más para mí.

Y eso es todo, creo. O igual no, porque todo es susceptible de cambios, incluso yo, que ahora soy castaña.

jueves, 7 de diciembre de 2017

SOBRE SENTIR QUE TU CARRERA MUERE LENTAMENTE

Yo escribo e incluso publico. Y además publico en una grande. O en dos.
Pero la sensación a este lado de la trinchera es que escribo para mí, o incluso peor, porque cuando publicas así y no recibes ningún tipo de feedback es de una soledad absoluta, de que no te cantan ni los grillos.
Cuando yo escribía para mí, para mí de verdad, no como ahora, hace años, al menos yo sabía que lo hacía para mí, y era tan feliz.
Cuando publicas, se supone que lo haces para que te lean. Y cuando te leen, quizás es absurdo, pero esperas una reacción.
Mala, buena, regular.
Que el lector no tiene ningún tipo de obligación, de acuerdo. Pero también es cierto que exige. Exige que escribas esa historia de Fulano que tanto le gusta. Que cuándo sale la de Mengano. Que por qué eres tan lenta. Que el secundario de la otra TIENE QUE TENER su propia historia y ya. Que lo tuyo es tal y cual, que te dejes ya de esas otras cosas que haces. Y cuando lo haces, antes o después, porque todo llega... estás sola. Esa persona que dijo que te iba a comentar no lo hace. Que igual no le gusta, pues vale, que me lo diga, que de todo se aprende.
En definitiva, publicas novelas que quizás son lo mejor que has hecho, pero OJOOOO, se salen de lo que has escrito, y adiós. 
Cuando dicen que esto es una carrera de fondo, te meten la mentira más gorda del mundo, porque no, yo empecé a la inversa y ya no volveré a vender como hice al principio. Jamás. Y lo asumo. Pero mis novelas ahora son mejores y nadie las lee. 
Y vale, esto puede ser un berrinche en toda regla, pero yo también tengo derecho a quejarme y a hablar, porque hace viento sur, la gente tiene puente y yo no.
Pero no me hagáis caso, que estoy loca y soy muy divertida y eso...
Si las novelas actuales no os gustan, las siguientes ni os cuento...

domingo, 2 de julio de 2017

SOBRE CERRAR HERIDAS

Acabar Rultinia 2 (casi casi, ahora que ya está más o menos revisada, a falta de mandarla a la editorial para el visto bueno definitivo), es como cauterizar una herida.
Exagerada, diréis.
Bueno, sí, soy una exagerada, pero no.
Que esta novela sea publicada, cuando salga, es algo así como el fin de un largo peregrinar. Tras empezar y dejar esta historia varias veces, escribir metafóricamente FIN, va a cerrar una etapa muy chunga en mi vida, o eso espero. Por desgracia, no la cerrará legalmente, pero es lo que hay.
A estas alturas, me da igual que la historia funcione o no, el simple hecho de haberla terminado ya es un triunfo en sí mismo. Y que salga publicada ni os cuento. 
Todo en Rultinia es un culebrón jajaja, y todo lo que la rodea debe serlo.
En unos meses hablaremos de ello... Por lo pronto, lo siento por el spoiler, pero Peter ha llegado vivo a la coronación, y es posible que haya futuro para este país precioso, pero lleno de víboras.

sábado, 21 de enero de 2017

SOBRE LOS VIEJOS AMORES: RULTINIA

He pasado unos días releyendo parte de un manuscrito, una novela casi entera, a falta del final. Se trata de Rultinia 2, la historia del príncipe Peter, su coronación, su vida en Rultinia y su historia de amor casi imposible con una dama de la que un día hablaremos, Barbara. 
No suelo anotar esas cosas pero, curiosamente, al inicio de esta obra consta una fecha, febrero de 2014. Supongo que es la fecha en la que empecé a escribir. Luego lo dejé. Luego lo retomé. Luego lo dejé. Y así como tres veces. Espero que esta vez sea la definitiva.
Lo que me ocurre con esta obra es lo más cercano a un bloqueo que me ha pasado jamás. Y no, no es que no pueda escribir, sino que las circunstancias, no del todo agradables (por ser educada), de la publicación y todo el resto, de la primera parte, han hecho durante casi tres años que sea incapaz de conectar con ella.
No es que no me gusten los personajes, no es que la trama no me atraiga, no es que...
No, no se trata de eso.
Creo que haber cerrado al menos una parte del asunto (está claro, como yo siempre he sabido, que Mi honorable caballero jamás será publicada en papel por parte de la editorial, que nunca ha contado con ella), ha hecho que supere esta renuencia.
Sin saber todavía qué haré con ella (bueno, sí sé qué no haré con la obra), solo espero tener las ganas suficientes para darle este último empujoncito y acabarla de una vez.
Desde luego, lo merece.
No será un Shakespeare, pero no me gusta dejar las cosas a medias. Me gustan los retos.